Terminan historias, pero como así estas terminan, otras comienzan.
Tengo pensado de que este va a ser el nuevo objetivo al que le dedicaré más de mí tiempo, ya que me resulta muy esperanzador, aunque el ser esperanzado a veces no trae muy buenos resultados. Pero en fin, como siempre correré el riesgo. Además, ¿Qué más malo me puede pasar después de lo que me pasó? No tengo idea, por ahora creo que nada más. Sólo espero que las cosas me empiecen a resultar de una vez por todas, y que mis esfuerzos ya comiencen a dar frutos y que no se pudran a mitad de camino.
Bueno, como dice una canción, “El final no tiene final”, tendré que llevar este pensamiento siempre, porque, es verdad y ya es hora de que empiece a adoptarme en esta cruda realidad y a aceptar que las cosas van a seguir pasando y pasando, jamás van a parar y debido a esto siempre hay que estar en continuo movimiento.
Así que, ya manos a la obra y a vivir.
Como ya dije, después de que algo termina, algo empieza, ojalá que ahora no me equivoque.
O quizás ya lo esté.