Explicaciones sobran. La verdad carece yaciendo en un campo desierto, sin vida alguna.
El paisaje se distorsiona poco a poco, alucinaciones y espejismos
me obligan a ver cosas que no son y mis sentimientos alborotados
ya no saben qué camino es mas seguro.
Volviendo a la rutina. Preocupaciones que creía extintas,
vuelven a surgen de la nada.
Siento el viento tibio, el sol radiante y
mi alma desgastada que ruega por un mísero descanso.
Las cosas que traía conmigo se van despojando de mi,
tiradas en el camino, ya prácticamente olvidadas.
Al igual que yo.