sábado

With water in the eyes


Llueve nuevamente. Justo lo que deseaba.

Aquel joven, siempre preguntándose si merece esto o aquello, siempre preguntándose el porqué aún no puede ahogar y borrar esa mancha que se encuentra tiñendo el centro de su alma.

Aquel joven, siempre perdido, siempre tratando de hallar
una salida a esto que lo tortura brutalmente cada
minuto de su vida, casi perdido consigo mismo.

Aquel joven, intentando aprender cosas casi imposibles por medio
de libros que jamás han existido, y tratando de recordar cada detalle
de su pasado para quizás encontrar alguna respuesta que pueda arreglar algo de su frustrada mente el presente.

Caminando por calles invisibles, sin rumbo alguno, ya casi resignado de su pobre destino, en cual intenta recuperar todo con su
único escudo ante todo: su fe.

Ahora, continúa esperando a que la lluvia reanude su sagrada tristeza. Dicen que en ésta, se encuentra Dios, que en cada una de sus gotas se encuentra el perdón absoluto capaz de purificar la misma alma.

Él sólo sigue esperando, como siempre, tal y como lo ha estado haciendo hace ya mucho tiempo: su purificación.

Me pregunto si volverá a llover. Mi paciencia lamentablemente,
tiene límites.

martes

Declaración


Esta sensación incontrolable de no dejarte ir, esta desesperación inconsolable de jamás volver a verte.

Nada es suficiente hasta que me encuentro junto a ti, llenas espacios contiguos de mi ser que nadie jamás antes ha podido.

Todo contigo es simplemente una especie de secuela, una enfermiza esquizofrenia que me lleva a los espacios más complejos de todo mi universo, en donde me obligas a expresar mis sentimientos con una explosiva locura sin límite alguno.

Días de lluvia, aquellos en que nuestra alma se parte de dolor por ver al mismo cielo llorar justo por encima de todos nosotros, en donde en cada una de esas lágrimas, logre ver el recuerdo de la primera vez que te vi derramar una lágrima, justo después de haber escuchado cuando tu voz se hacía trizas, provocando el eco de tus llantos en aquella fría sala, uno de los ataques más grandes que he tenido que soportar.

Un verdadero Ataque al Corazón.

Desde que me conociste, ya nunca estarás sola, jamás tendrás que llevar algo que tu voluntad no pueda. Todo nuestro mundo se reestructurará, y florecerá la misma luna de las piedras a nuestros pies, y éstas, en conjunto absoluto, formarán nuestro nuevo paraíso,
en el cual resucitaremos como verdaderos ángeles volando por sobre todo lo que hemos creado.

Gritaré tu nombre a los cielos, bautizándote como la nueva Diosa de este nuevo universo.

Para ti.

Gritaré con total libertad junto con el soplo de la brisa, impregnando toda tu esencia en él, provocando así la nueva revolución de emociones acentuadas con tu belleza por cada rincón del Cosmos.

Unamos este mundo y el otro a través de nuestros cuerpos
para exaltar ese éxtasis, esa droga que se esparce en el ambiente
cada vez que estamos juntos.

Distorsionemos la dimensión misma para recrear una nueva realidad, solamente para nosotros.

¿Aceptas?

sábado

Un 20 de Junio


Me encuentro totalmente solo, mis labios partidos,
sol resplandeciente y el cielo complementado con hermosas nubes,
haciendo contraste con el azul del cielo.

Calles casi desoladas, calles reflejando el brillo y la pureza
del día anterior, cuando torrencialmente, caían y caían lágrimas de misericordia.

Viento cálido, limpio y húmedo que juega con mi cabello,
provocando una pequeña ilusión, la ilusión de una pequeña danza graciosa, infantil.

Remojo mis labios justo en el mismo instante en que un recuerdo traspasa la barrera de mi realidad hasta posarse en mi mente, hasta mí presente.

La melancolía y la angustia me envuelven por completo
hasta no sentir ni la brisa que me rodeaba.

Se trataba de tu recuerdo, aquél que jamás pude sacar de mi interior, aquel que quedo en mí como una perpetua enfermedad,
como una secuela que refleja hasta en los más profundo de tu alma.

Una enfermedad de la cual nunca, aunque fuese el fin de mis días,
me gustaría recuperarme.

viernes

Lonely Souls


Alzo mí mirada, veo a un ángel acercarse a mi, sus cabellos sueltan unos sutiles destellos dorados que se acentúan aún más con los rayos del sol.

Fulminante.

Te posas junto a mi, y sin darnos cuenta, comenzamos a compartir los mejores momentos de este día. Justo a mi lado te encontrabas, cuando inconscientemente, empezamos a esquivar miradas al mismo tiempo en que cada uno se autoconvencía de que todo daba lo mismo, incluso, nosotros mismos.

Leías, o quizá tan sólo era este un simple deseo, engañándome,
creyendo convencidamente de que yo caería en tu juego de seducción instantánea, macabra y muy sutil. Creíste que tomarías por sorpresa mis verdaderas intenciones. Tu pensamiento era tan fuerte que, lo más probable, es que jamás te percataste de que yo hacía tu misma jugada, ambos manipulando fuego, adentrándonos completa y lentamente en una balada de un suave romanticismo, al parecer, pasivo.

Luego, te pusiste nuevamente de pie y, reflejaste tu cuerpo,
vislumbrándolo en aquel cristal. Con movimientos delicados
descubriste aún más tu rostro del cabello que lo cubría, y te veías mejor, simplemente hermosa. De pronto, diste media vuelta 
y sin siquiera dar un gesto, con un pequeño movimiento ingenuo de
tu pié izquierdo, te marchaste.

Siento que jamás te volveré a ver.

Cuídate, mi hermosa extraña.