jueves

Un final incierto


Aún las piezas no se juntan del todo.

Creí que ya no me desmoronaba pero ahora lo único que hago es callar. Callar hasta mis pensamientos por un futuro incierto y lleno de confusión. Me dejo llevar por el momento y cada vez más deseo tener las propiedades de la gravedad.

No siento todo perdido, porque sé que en realidad no lo está. Pero en ocasiones quizá me gustaría que sí. No es el hecho de perderme en la soledad lo que me ahoga; es el hecho de saber qué hacer para solucionar las cosas y aun así, hacer nada.

Ganas de botar todo lo aprendido, desecharlo y desear que nunca estuvo ahí. Desear tal vez no haber vivido tantas cosas para terminar queriendo nada a cambio. Porque me cansa esperar tanto y me cuesta mucho surgir en estas condiciones.

Él no está ni bien ni mal. Está en la nada misma, solo percibiendo los estímulos más potentes o lo mas significativos. Desea pelear con la niebla y golpear el aire sólo para sentirse aliviado. Pero la frustración alimenta cada vez mas bocas.

Quizá ya sea hora de decir adiós a aquel estado permanente de sentirse hundido en la mierda, y tratar de morderse por lo menos el mismo brazo para sentir que queda tiempo para nosotros, y darse cuenta que todo no es más que un capítulo más de un libro que no nos gusta y que está a punto de terminar.

Lo único que espero es que sea un libro de pocas páginas. Ya no quiero seguir leyendo.