martes
Disipando Dolor
Atascado, intentando una y otra vez de avanzar pero aún siguímos nutriéndonos de lo que sentímos alguna vez.
Y esto es lo que poco a poco vamos dándonos cuenta. Cuando observamos que hay pocas cosas que ver en el mundo, hundiéndonos lentamente en un vació sin bendiciones. Cayendo una y otra vez frente a ilusiones de renacimientos fortuitos, pero sin alma ni esencia. Es que acaso nuestro espíritu ya esta corrompido? Cómo surgir si aún está esta parte de ti que nació del caos mismo para darte una embestida perseverante precisa para luego volver a caer? Nos confundimos, dudamos, caemos... cambiamos?
El dolor nos hace cambiar y alejarnos? Alejarnos de lo que alguna vez concebimos como algo hermoso y vivido. Vida. Muerte. Algo mas por optar? Si, por supuesto y, si hay algo mas oscuro y tenebroso, es la soledad misma. Cómo sentirnos solos si hay tanto por lo cual aferrarse? No es el que queramos estar así; no es el que nos guste la soledad; no es el que ahora somos otra persona a la cual le apasione. A nadie le gusta. Sólo esta la fantasía de estar solos, porque una vez que alguien te quiere, ya no lo estás más. Quizás de presencia pero jamás de espíritu. Si hay algo que podemos hacer con lo que tenemos, como humanos o lo que seamos en este universo, es estar sin estar realmente, o viceversa. Estamos y vivimos en el otro, así como quien deja vivir dentro de si ese dolor, también podemos vivir en un otro como un algo que te hace vivir y sentirse así.
El dolor no cambia, solo modifica y es que nosotros no podemos cambiar lo que somos. Podemos ser cualquier cosa, pero jamás ser nada o ser uno con la soledad. Si vamos a ser algo, seamos con y para alguien; no importando de quien se trate, solo si esa persona vale la pena, tenemos algo por lo cual decir: "Yo sé entregar, sé entregar algo, hasta yo mismo..." Es así como vamos construyendo nuestro presente. Es así como vamos sintiendo poco a poco que en realidad sólo somos o fuimos idiotas.
Somos patéticos, imbéciles, estúpidos e ignorantes...
Pero cuando sentimos o sabemos que en realidad jamás estamos solos, somos cualquier cosa, menos soledad. Que todo lo experienciado, en el fondo de nosotros, intumos que esto puede llegar a ser nuestro mayor miedo, un miedo que absorbe y que hiere. Un miedo que te hace sentir que casi no existes. Inercia.
Sólo déjalo ir...
Déjate ser y estar.
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